Sun Tzu
Sun Tzu y el Arte de la guerra
Aunque existe un cierto debate si realmente existió Sun Tzu y, sus frases más celebres acompañan a los grandes discursos militares, a ensayos de la guerra e incluso a las grandes políticas de los líderes dominantes.
El núcleo de la filosofía de Sun Tzu sobre la guerra descansa en estos dos principios:
Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño.
El Arte supremo de la Guerra es someter al enemigo sin luchar.
Estas son unas de las frases más conocidas y citadas del Arte de la Guerra de Sun Tzu
CÁLCULO
La guerra es el asunto más importante para el Estado ( también afirmado por Maquiavelo). Es el terreno de la vida y de la muerte, la vía que conduce a la supervivencia o a la aniquilación. No puede ser ignorada.
La guerra se estructura en cinco factores que deben ser calculados y comparados con el fin de precisar el estado de fuerzas. El primero de ellos es la virtud; el segundo, el clima; el tercero, la topografía; el cuarto, el mando; y el quinto, la disciplina.
La virtud es lo que permite la cohesión entre los superiores y el pueblo, de modo que éste acude a la vida como a la muerte sin temer el peligro.
El clima abarca la alternancia de la oscuridad y de la claridad, del calor y del frío, y la rotación de las estaciones.
La topografía comprende la cercanía o lejanía del terreno, su accesibilidad o inaccesibilidad, su amplitud o estrechez, su naturaleza propicia o mortal.
El mando es una cuestión de conocimiento, de credibilidad, de humanidad, de resolución y de severidad.
La disciplina requiere la efectividad de la organización, de la jerarquía de mandos y de la logística.
La guerra es el arte de engañar.
Así, si eres capaz, finge incapacidad; si estás preparado para entrar en combate, finge no estarlo; si te encuentras cerca, finge estar lejos; si te encuentras lejos, finge estar cerca. Si el enemigo es ávido en ganancias, sedúcelo. Si está confuso, atrápalo. Si es consistente, prepárate. Si es poderoso, evítalo. Si es colérico, provócalo. Si es humilde, hazlo arrogante. Si está quieto, oblígalo a actuar. Si está unido, divídelo. Atácalo cuando no esté preparado, lánzate sobre él cuando no se lo espere. Estas fórmulas propician la victoria a los estrategas, pero no pueden decidirse de antemano.
LAS OPERACIONES MILITARES
Si las operaciones militares se prolongan y la victoria tarda en llegar, la eficacia de las armas se desgasta y el ardor de las tropas declina-
Las armas desgastadas, el ardor de las tropas en declive, las fuerzas consumidas, los recursos económicos arruinados: los Estados vecinos aprovecharán la ocasión para alzarse contra ti.
PLANES OFENSIVOS
En la guerra lo mejor es atacar los planes del enemigo; luego, atacar sus alianzas; a continuación, atacar sus tropas; y en último lugar, atacar sus fortificaciones. Sólo se deben atacar las fortificaciones enemigas cuando no quede otra alternativa.
IV DISPOSICIONES
El buen estratega ocupa el terreno donde no puede ser derrotado sin dejar escapar la ocasión de vencer a su adversario.
"Un ejército victorioso vence primero y trata de luchar después; un ejército derrotado lucha primero y trata de vencer después"
La guerra es el arte de engañar
Si eres capaz, finge incapacidad
Si estás preparado para entrar en combate, finge no estarlo
Si te encuentras cerca, finge estar lejos
Si te encuentras lejos, finge estar cerca
Si el enemigo es ávido en ganancias, sedúcelo
Si está confuso, atrápalo. Si es consistente, prepárate
Si es poderoso, evítalo. Si es colérico, provócalo
Si es humilde, hazlo arrogante. Si está quieto, oblígalo a actuar
Si está unido, divídelo
Atácalo cuando no esté preparado
V POTENCIAL ESTRATEGICO
Las notas musicales no son más que cinco, pero, combinadas, producen más sonidos de los que puedan oírse; los colores básicos no son más que cinco, pero, combinados, producen más tonalidades de las que puedan observarse; los sabores no son más que cinco, pero, combinados, producen más gustos de los que puedan paladearse. Del mismo modo, la consecución del potencial estratégico en la guerra no sobrepasa el uso de lo regular y lo extraordinario, pero éstos, combinados, producen más posibilidades de las que la inteligencia humana pueda aprehender. Al igual que un ciclo sin comienzo ni fin, lo regular y lo extraordinario se engendran recíprocamente.
¿Quién puede abarcarlos completamente? El súbito impulso de una cascada arrastra las piedras gracias a su potencial estratégico; el súbito impacto del ave de presa destroza su víctima gracias a la precisión de su ejecución. Por tanto, el experto estratega conduce el potencial estratégico y lo ejecuta oportunamente. Su potencial estratégico es como el de una ballesta tensada; su ejecución, como la del mecanismo de disparo
VI LO HUECO Y LO CONSISTENTE
Por lo general, quien llegue antes al terreno de batalla y espere al enemigo estará reposado; quien llegue más tarde y de inmediato entable combate estará extenuado. Por lo que el experto estratega desplaza al enemigo y no se deja desplazar por él.
Por tanto, el estratega diestro en el ataque lo es porque logra que el enemigo no sepa dónde defender; el estratega diestro en la defensa lo es porque logra que el enemigo no sepa dónde atacar.
Si hacemos que el adversario muestre su forma sin que nosotros mostremos ninguna, permaneceremos unidos mientras que él se dispersa. Si nosotros permanecemos concentrados en uno mientras que el rival queda fragmentado en diez, al atacar, por cada diez de nuestros soldados habrá un solo enemigo. De este modo, nuestros efectivos son multitudes y los del enemigo escasos. Si logramos enfrentar multitudes a escasez, aquel que combata con nosotros resultará severamente lastimado.
El enemigo no debe saber dónde atacaremos. Si no llega a saberlo, deberá preparar su defensa en muchas posiciones. Y si prepara su defensa en muchas posiciones, poca será la resistencia allí donde ataquemos. Así, si refuerza el frente, la retaguardia resultará debilitada; si refuerza la retaguardia, el frente resultará debilitado; si refuerza el flanco izquierdo, el flanco derecho resultará debilitado; si refuerza el flanco derecho, el izquierdo resultará debilitado. Y si decide reforzarse en todas partes, no habrá lugar donde no quede debilitado. Resultará debilitado quien tenga que reforzarse contra otros; saldrá reforzado quien haga que los otros deban reforzarse contra él
Analiza al adversario para conocer el alcance de sus planes; provócalo para comprender el principio que rige sus movimientos; haz que muestre sus disposiciones para averiguar la viabilidad del terreno de combate; ponlo a prueba con el fin de advertir la fortaleza o debilidad de su asentamiento. El grado más alto en las disposiciones militares es llegar a no tener forma. El no tener forma hace que ni el más sutil de los espías pueda sondearte y que ni el más sabio de los estrategas pueda urdir planes contra ti.
Todo el Arte de la Guerra se basa en el engaño
El enemigo no debe saber dónde atacaremos.
Si no llega a saberlo, deberá preparar su defensa en muchas posiciones.
Y si prepara su defensa en muchas posiciones, poca será la resistencia allí donde ataquemos.
Atácalo cuando no esté preparado, lánzate sobre él cuando no se lo espere. Estas fórmulas propician la victoria a los estrategas, pero no pueden decidirse de antemano.
VII EL ENFRENTAMIENTO MILITAR
Habitualmente, la norma en el uso de las tropas requiere que el general reciba las órdenes del soberano, que reúna las tropas y movilice las masas, que logre su cohesión y que prepare el campamento. Sin embargo, nada hay más complicado que el enfrentamiento militar. La dificultad del enfrentamiento militar radica en convertir lo sinuoso en directo y la adversidad en ventaja. Si haces que el enemigo tome el camino sinuoso seduciéndolo con ventajas, aunque despliegues tus tropas más tarde, llegarás antes que él. En esto consiste la comprensión de la táctica de lo sinuoso y lo directo
Las tropas pueden perder su aliento moral y los mandos su entendimiento. Por la mañana el aliento moral de las tropas es intenso, durante el día va declinando, y al anochecer está agotado. Por esta razón, el estratega experto evita al enemigo cuando su aliento moral es intenso y lo ataca cuando declina o está agotado. Este es el modo de controlar el aliento moral
IX MANIOBRAR EL EJÉRCITO
Por lo general, a la hora de posicionar el ejército frente al enemigo es preciso que, al atravesar montañas, sigas los valles; que ocupes una posición elevada y de cara a la solana; y que, cuando se trate del combate en los valles, no ataques nunca cuesta arriba. En esto consiste el posicionamiento del ejército en las montañas. Tras vadear un río debes alejarte del agua; cuando las tropas enemigas cruzan un río y avanzan hacia ti no debes acudir a su encuentro en las aguas sino que, para obtener provecho, debes dejar que la mitad de sus efectivos lo hayan atravesado y sólo entonces lanzarte al ataque; si deseas combatir, no vayas al encuentro con el adversario estando al borde del agua; ocupa una posición elevada y de cara al lado soleado, y no te sitúes jamás río abajo con respecto al enemigo. En esto consiste el posicionamiento del ejército en las aguas.
Si el príncipe inteligente y el general competente logran la victoria cada vez que pasan a la acción y consiguen resultados fuera de lo común es gracias a su capacidad de previsión. La capacidad de previsión no se obtiene ni de los dioses ni de los espíritus, ni por analogía con eventos pasados, ni por conjeturas. Proviene únicamente de las informaciones de quienes conocen el estado real del enemigo.