Clausewitz

Carl Von Clausewitz

Vida


Kant publicó en 1795 una de sus más citadas y leídas obras que, como es sabido, tuvo una gran influencia en el pensamiento académico e intelectual desde entonces y hasta hoy en día: El proyecto para la paz perpetua. En su obra argumentaba que el progreso terminaría con el antagonismo y el enfrentamiento que habían sido los protagonistas de la historia. Para Kant la paz era un futuro inevitable porque el desarrollo del derecho de gentes superaría la hostilidad histórica que había dominado las relaciones entre estados. Sin embrago, las teorías de Kant no pusieron freno a que, pocos años después, Europa se desangrara en una sucesión de guerras en las que un joven Napoleón se revelaba contra las viejas monarquías europeas. Napoleón, con ejércitos relativamente pequeños y mal armados fue capaz de derrotar a una serie de alianzas de monarquías europeas y, principalmente, a uno de los ejércitos más potentes de entonces; el ejército prusiano. En una primera etapa Napoleón ganaba sus primeras batallas utilizando la sorpresa y la movilidad de las tropas; también mediante la movilidad y las comunicaciones de las tropas. Esto era toda una novedad en el arte de ka guerra que proporcionó a Napoleón importantes victorias y una fama sin precedentes como comandante militar a la vez que jefe de estado. 

En su segunda etapa, las victorias de Napoleón se basaron en la capacidad destructiva de sus ejércitos con una gran artillería que concentraban su capacidad de fuego en un punto decisivo, para después mandar un potente ataque con enormes cantidad de tropas. El empleo de estas grandes concentraciones lograba grandes victorias sobre el enemigo, por lo que Napoleón dejó de prestar atención a su estrategia basada en la movilidad y dispersión de tropas. Nacía así el concepto de condiciones decisivas y concentración del esfuerzo en un determinado momento y espacio, concepto que sigue siendo la base del planeamiento militar occidental. Sea como fuere, Napoleón despertó una gran curiosidad y admiración  en uno de los mejores tratadistas de la historian militar, Carl Von Clausewitz. Para el gran tratadista y militar Napoleón era un caso desconcertante, pues el ejército prusiano era casi invencible en aquella época. Las continuas derrotas prusianas y de las coaliciones internacionales contra Napoleón era toda una sorpresa para Clausewitz, que al fin y al cabo dedicó su vida tratando de descifrar a Napoleón, hecho que para muchos se produjo en su célebre interminada obra "De la Guerra".  

Napoleón ejerció una notable infliencia en el arte de la guerra y especialmente en Clausewitz, quien en el fondo  escribió "De la Guerra" para explicar la formidable conquista del emperador francés. Napoleón representaba la unión entre la fuerza militar y la política del estado, lo que para Clausewitz era una de las claves de su éxito.  Su famosa sentencia de "que la guerra es una continuación de la política" estuvo inspirada en Napoleón. 

Carl Phillip Gottfried von Clausewitz nació en Burg, en el Reino de Prusia, de una modesta familia con pretensiones aristocráticas. El padre de Clausewitz, Friedrich Gabriel Clausewitz, sirvió como teniente en el Ejército prusiano bajo las órdenes de Federico II el Grande, hasta que fue retirado forzosamente tras la Guerra de los Siete Años (1756-1763) cuando el rey ordenó la desmovilización inmediata de todos los oficiales que no fueran de ascendencia noble. Carl, con menos de trece años, siguió los pasos de su padre en el ejército, enrolándose como soldado en el ejército decidido a entrar en la carrera de las arma . Así, a los 12 años, se alistó para el servicio en el Ejército Prusiano a principios del verano de 1792,  con el empleo de cabo del 34 regimiento de infantería. Participó en su primer combate durante las campañas del Rin (1793-1794). Luego sirvió durante el asedio de Maguncia y la invasión prusiana de Francia durante la Revolución francesa. Su familia falsificó su fecha de nacimiento al 1 de junio con el fin de aparentar que ya tenía 13 años.

En 1801 logró ser aceptado en la recientemente fundada Kriegsakademie de Berlín, a los 21 años de edad. Allí  estudió íntegramente las obras de Kant, quien ejercería una gran influencia en Clausewitz. Se convirtió en uno de los alumnos favoritos del General Gerhard von Scharnhorst, a quien ayudó a reformar el ejército prusiano entre 1807 y 1814. En 1804 se graduó como el primero de su promoción y fue nombrado inmediatamente ayudante de campo del príncipe Augusto Fernando de Prusia, iniciando así su relación con la casa real prusiana y la alta sociedad. En 1805 publicó su primera obra, un artículo inicialmente anónimo aparecido en la revista “Neue Bellona” en el que criticaba algunos de los conceptos sobre estrategia desarrollados por Heinrich von Bülow. 

En la época de la madurez de Clausewitz, el poder en Europa consistía en unas pocas docenas de príncipes que estaban enfrentados unos con otros en una lucha permanente por la supremacía, librada con una notable falta de personal y medios. Los ejércitos distaban mucho de lo que son hoy en día y la estrategia se basaba en la victoria en el campo de batalla; el elemento militar era el principal en el desarrollo de las guerras. La guerra entre los príncipes era un mero postureo en las que se compraban a los soldados y la victoria para satisfacción de unos pocos privilegiados. Sin embargo, la Revolución Francesa cambió la forma de pensar de la sociedad y también cambió la guerra. Por aquel entonces, Napoleón Bonaparte triunfaba por toda Europa derrocando reyes y ocupando estados para extender la revolución de las masas. El emperador podía pedirle a su ejército lealtad portentosa a través de dificultades extraordinarias, porque sabían que estaban luchando por una causa;  no solo por dinero. Esta era una idea nueva, la idea de nación contra nación por unos determinados interese, y esta es la guerra de la cual Clausewitz es el gran crítico.


Al estallar las Guerras Napoleónicas, Clausewitz sirvió durante la Cuarta Coalición con el ejército prusiano. En octubre de 1806, cuando Napoleón Bonaparte invadió Prusia, un ejército prusiano-sajón, liderado por Carlos Guillermo Fernando, Duque de Brunswick, se enfrentó al emperador francés. Clausewitz participó en la batalla de Jena (14 de octubre de 1806), que, al igual que la librada paralelamente en Auerstädt, acabó con una aplastante victoria francesa y la desintegración completa del ejército prusiano. El duque resultó gravemente herido  y moriría varios días después. Lamentablemente para Clausewitz, Prusia se convirtió en un Estado satélite de Francia y pasó a ser uno de los 25.000 prisioneros capturados aquel fatídico día. Tenía entonces solamente 26 años, y permaneció prisionero en Francia hasta 1808.

La derrota de Jena produjo, tanto en Clausewitz como en la mayoría de los mejores pensadores militares prusianos un gran revulsivo. En efecto, por muy asombroso que pareciera la fuerza militar de la monarquía alemana había sido aplastada, sin indulgencia, por un ejército de base popular y origen revolucionario. Con el orgullo tocado pero con el espíritu militar intacto, tras regresar de su cautividad, se unió definitivamente al movimiento reformador impulsado por Scharnhorst y August Neidhardt von Gneisenau. Enseñó en la Academia en la que se había formado y contrajo matrimonio con la que sería el amor de su vida, la Condesa Marie von Brühl, pasando a codearse con las élites literarias e intelectuales de Berlín.


En 1810 fue nombrado tutor militar de Federico Guillermo, príncipe de la corona, que más tarde sería el rey Federico Guillermo IV. Para éste escribió el ensayo titulado «Los más importantes principios del Arte de la Guerra para completar mi curso de instrucción para su Alteza Real el Príncipe de la Corona» (más comúnmente conocido como Principios de la Guerra). En este  texto Clausewitz asentaba las bases de la que sería su obra posterior: “De la Guerra”. Sin embargo, esta publicación supuso una interpretación errónea que se hizo posteriormente de este ensayo; como una especie de resumen de su obra más extensa. Consecuentemente, esto ha significado una gran cantidad de confusiones y malentendidos a lo largo de los años.

En 1812, durante la preparación de la invasión napoleónica a Rusia, Clausewitz se opuso, como muchos otros, a la postura oficial prusiana de apoyo a Francia; el odio de Clausewitz a todo lo que representaba Francia y, especialmente las tropas napoleónicas, era muy fuerte para el prusiano y esto condicionaría los próximos años de su vida. Un gran número de oficiales prusianos (entre ellos el propio Clausewitz) solicitaron la baja voluntaria del ejército y se dirigieron de forma clandestina a Rusia, donde se pusieron bajo las órdenes del Zar Alejandro I, con la esperanza de que el ejército ruso liberara a los prusianos de la dominación francesa. Debido a su total desconocimiento del idioma ruso y la falta de confianza generalizada hacia los prusianos (cuyo Estado al fin y al cabo había declarado la guerra a Rusia) impidieron que Clausewitz tomara el mando de tropas; no llegó a tener un cargo conforme al rango que ostentaba. Sin embargo, participó en numerosas campañas: participó en la retirada rusa, combatió en la batalla de Borodino y, como jefe del Estado Mayor de un cuerpo de ejército ruso; fue testigo directo de la retirada francesa desde Moscú, incluyendo el desastroso cruce del Beresina. También participó en la redacción de la Convención de Tauroggen; una sencilla carta del mariscal de campo prusiano Ludwig York (1759-1830) dirigida al rey Federico Guillermo III (1779-1840) que marcó el inicio de la liberación de Europa de la hegemonía napoleónica.


Derrotados los franceses, en 1813 Rusia devolvió el control de sus tropas a Prusia, Clausewitz y el resto de oficiales prusianos decidieron regresar a su ejército de origen. Sin embargo, la posición de Clausewitz a ojos del gobierno (y especialmente del rey) había quedado muy dañada por su postura contraria a la oficial; Clausewitz era observado con recelo por los altos mandos que no confiaban enteramente en un oficial que había estado dispuesto a servir en las filas de un ejército de otra nación. Debido a ello, a pesar de ser ascendido a coronel, no logró ningún destino en el ejército prusiano; la carrera militar de Clauswitz parecía estar abocada al olvido y al fracaso. Posteriormente, su amigo Gneisenau, ascendido a General y nombrado Jefe de Estado Mayor del Mariscal de Campo Gebhard Leberecht von Blücher, le reclamó como ayudante, posición en la que jugó un papel destacado en las batallas posteriores. De hecho, participó en la mastodóntica batalla de Leipzig y se distinguió en la de Lützen, en la que resultó herido tras liderar personalmente varias cargas de caballería. En la misma batalla resultó mortalmente herido su mentor, Scharnhorst, que falleció unos días después.


Para sorpresa de muchos, dos años después, en 1815 Clausewitz fue nombrado Jefe de Estado Mayor del III Cuerpo de Ejército prusiano. Durante la Campaña de Waterloo, participó en la batalla de Ligny, en la que su unidad logró escapar de la derrota prusiana del 16 de junio de 1815 a manos de las tropas dirigidas personalmente por Napoleón. A pesar de ser finalmente derrotado, el esfuerzo de la unidad en la que servía Clausewitz permitió tanto la llegada providencial de las fuerzas de Blücher a la crucial batalla de Waterloo, como el bloqueo de la fuerza francesa lanzada para destruirlos (dos cuerpos de infantería y uno de caballería), que podrían haber cambiado el signo de la batalla en caso de lograr llegar a la misma.


En 1818 Clausewitz fue ascendido a Mayor General y nombrado director de la Academia Militar Prusiana en Berlín, donde empezaría a escribir la mayor parte de su obra. Pese a que no tenía la simpatía del gobierno prusiano, Clausewitz se mantuvo en dicho puesto hasta 1830, ignorado por el alto mando en una especie de retiro dorado. A pesar de ser el director (o seguramente por esa causa), no podía dedicarse directamente a la enseñanza ni aplicar sus teorías pedagógicas. Por lo tanto, dedicó su tiempo a preparar diversos libros y ensayos sobre campañas militares, especialmente lo que posteriormente sería su obra más importante: De la Guerra.


En 1830, debido a incertidumbres en Europa que podrían suponer el inicio de otra guerra, Clausewitz volvió al servicio activo como Jefe de Estado Mayor del único ejército que entonces Prusia podía movilizar; liderado por su buen amigo el ahora Mariscal de Campo Gneisenau. Mientras las tropas permanecieron estacionados en la frontera, un estallido de cólera iniciado en Polonia diezmó considerablemente al ejército prusiano. Tras unos meses, Clausewitz regresó a su hogar en Breslau, aparentemente sano, pero en poco tiempo empezó a mostrar síntomas de la misma enfermedad. Falleció el 16 de noviembre de 1831, a los 51 años de edad.


Marie Sophie Gräfin von Brühl (Condesa Marie Sophie von Brühl, 3 de junio de 1779 - 28 de enero de 1836) era miembro de la noble familia alemana von Brühl, originaria de Turingia. A pesar de su propia carrera como patrona de las artes en Berlín, ella es conocida por editar y publicar el trabajo de su esposo Carl von Clausewitz, especialmente su excelente tratado militar “De la Guerra”. en esta obra Clausewitz se pregunta sobre la naturaleza de la guerra y en ella tiene citas (ver aquí citas más famosas de Clausewitz) que han sido referenciadas por miles de académicos y estudiosos militares. Aunque algunos sostienen que Clausewitz es un autor más citado que leído, lo que si es cierto es que su influencia en el pensamiento militar desde entonces hasta nuestros días es incuestionable. Su obra De la Guerra es uno de los tratados militares más influyentes hasta nuestros días. Por ejemplo, Colin Powell afirmó que cuando leyó la obra de Clausewitz fue "como un rayo de luz del pasado, que aún ilumina los dilemas militares actuales". 



De la Guerra 

"De la Guerra" s un libro sobre guerra y estrategia militar que Clausewitz  escribió en su mayoría después de las guerras napoleónicas, entre 1816 y 1830; y publicado póstumamente por su esposa Marie von Brühl en 1832.  Después de la inesperada muerte de Clausewitz por cólera en 1831, su mujer, la condesa de Bruhl, editó y publicó varios de sus libros, incluido su más famoso: De la Guerra. A lo largo de su correspondencia con su marido, Marie insistió en que Carl le enviara sus borradores y notas para su custodia. Clausewitz era conocido por tener un proceso de escritura desorganizado que a menudo conducía a la pérdida de documentos e ideas inacabadas. De hecho, cuando Carl escribía De la guerra, Marie actuaba como investigadora y redactora del libro.  La letra de Marie se puede encontrar en algunas de las páginas del manuscrito de la Guerra, enlistando notas y referencias. Además, Marie von Brühl escribió un prefacio a De la Guerra. En el verano de 1832, menos de un año después de la muerte de Carl, una editorial de Berlín había lanzado anuncios anunciando la próxima publicación de “De la Guerra”. Con la ayuda de su hermano, Marie transcribió borradores e insertó cambios para De la Guerra en unos meses. 

El libro ha sido traducido al inglés varias veces como “On War”. Sin embargo, la obra es en realidad un trabajo sin terminar; Clausewitz había comenzado a revisar sus manuscritos acumulados en 1827, pero no vivió para terminar la tarea. Sus obras recopiladas en 10 volúmenes contienen la mayoría de sus escritos históricos y teóricos más extensos, aunque no sus artículos y documentos más cortos o su amplia correspondencia acerca de importantes asuntos políticos, militares, intelectuales y culturales con líderes del estado prusiano. De la Guerra representa sus exploraciones teóricas y es uno de los tratados más importantes sobre análisis y estrategia político-militar jamás escrito; sigue siendo  un libro controvertido e influyente en el pensamiento estratégico.

Citas más relevantes de Clausewitz

Citas de Clausewitz

Algunas de las ideas clave (no necesariamente originales de Clausewitz o incluso de su mentor Gerhard von Scharnhorst) discutidas en De la Guerra incluyen (sin ningún orden de importancia particular):

Ver más citas de Clausewitz

 En numerosos seminarios, cursos, tertulias, artículos académicos, etc.,  suele citarse el concepto más provocador de su obra: «La guerra es la continuación de la política por otros medios». Clausewitz pensaba que la guerra moderna es un «acto político», y esta manifestación ponía en juego lo que él consideraba el único elemento racional de la guerra; la política llevada a cabo por el gobierno. Este gobierno era una de las partes esenciales de la trinidad de Clausewitz. En su concepción, los otros dos elementos de esta trinidad son: el odio, la enemistad y la violencia primitiva, que se manifiesta por la población; el juego del azar y las probabilidades, que se manifiesta en el ejército.

En la teoría de Clausewitz, los elementos de lo racional, irracional y no racional forman una «trinidad» inseparable. Según numerosos académicos, Alemania se basó en Clausewitz en la conducción militar y la política durante las dos guerras mundiales del siglo XX. Observada con rigor, su filosofía indica que la estrategia y la conducción política tratan de dirigir e instrumentar una tendencia a la violencia y la hostilidad preexistente, propia de la naturaleza humana y de las masas. De hecho, Clausewitz afirmaba que, aun cuando un conflicto se iniciara sin esa base emocional de violencia y hostilidad, su desarrollo necesariamente influiría en este plano.

Clausewitz concebía la guerra como un asunto político de alto nivel. Por eso, consideraba que todos los recursos de una nación deben ponerse al servicio de la guerra cuando un estado se involucra en tal empresa. Y pensaba que la guerra en sus términos absolutos, una vez iniciada, no debe detenerse hasta desarmar y abatir al enemigo. Su definición más importante de la guerra es:

 «La guerra es una continuación de la política por otros medios».

La Trinidad de Clausewitz

Más citas de Clausewitz