Citas de Clausewitz
Citas más relevantes de "De la Guerra" de Carl Von Clausewitz.
La guerra es la continuación de la política por otros medios.
Esta quizás sea la cita más famosa de Clausewitz que todos los tratadistas y académicos señalan como una sentencia matemática e irrefutable. Para Clausewitz la acción belica es un instrumento del poder político para conseguir sus objetivos. Por lo tanto, la guerra estará siempre condicionada a la política, en un plano inferior a ella, pues la guerra sin un objetivo se convierte en un absurdo y, para Clausewitz, esto supondría una contradicción, un sinsentido.
Un mismo objetivo político puede originar reacciones diferentes, en diferentes naciones e incluso en una misma nación, en diferentes épocas.
Cierto es que acontecimientos que desataron la Primera o Segunda Guerra Mundial no serían los mismos que una supuesta Tercera Guerra Mundial. Las guerras napoleónicas, por ejemplo, tuvieron su origen en la Revolución Francesa y en la búsqueda de Napoleón de conquistar Europa y derrocar a las viejas monarquías europeas. Estas monarquías, aunque en determinados países son las cabezas de los estados, no tienen el mismo poder que tenían entonces.
Al hablar de destrucción de fuerzas enemigas hemos de observar que nada nos obliga a limitar este concepto simplemente a las fuerzas físicas, sino que, por el contrario, deben comprenderse en ellas, necesariamente, las morales.
Al igual que muchos teóricos de la guerra, para Clausewitz "la voluntad de vencer" y el apoyo de la sociedad eran claves en el desarrollo de la guerra; por ello, la sociedad y su desarrollo moral e intelectual también eran claves.
En la filosofía de la guerra no se puede introducir en absoluto un principio modificador sin acabar cayendo en el absurdo.
Para Clausewitz la naturaleza de la guerra es invariable e inmutable con el paso de los tiempos. Su famosa Trinidad del comandante el jefe, el ejército y el pueblo son eternos en todas las guerras de todos los tiempos.
La guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios.
Esto es una repetición pero con otras palabras de "la guerra es una continuación de la política con otros medios"
Cuanto más importante y de mayor entidad sean los motivos de la guerra, cuanto más afectan a los intereses vitales de los pueblos, con mayor empeño se tratará de derribar al adversario, entonces tienden a confundirse objetivo guerrero y fin político y la guerra aparece menos política y más puramente guerrera.
Para Clausewitz cuanto más estaba en juego en una guerra, más tomaba ésta su aspecto más absoluto, más militar y menos político, en el que cada vez menos influye el objetivo político y más se acerca éste a la verdadera destrucción del enemigo. Es decir, la guerra absoluta. Sin embargo para Clausewitz la guerra absoluta no era posible, sino que era una contradicción en sí, pues en este caso la guerra estaría por encima de la política y eso no es posible para el tratadista prusiano. De aquí se deduce también la famosa cita de que la guerra es una continuación de la política por otros medios.
Cuanto más importante y de mayor entidad sean los motivos de la guerra, cuanto más afectan a los intereses vitales de los pueblos, con mayor empeño se tratará de derribar al adversario, entonces tienden a confundirse objetivo guerrero y fin político y la guerra aparece menos política y más puramente guerrera.
Al igual que en el punto anterior, cuanto mayores y más importantes sean las razones u objetivos por lo que comenzó la guerra, más violenta será su naturaleza y más en juego estará la supervivencia de las naciones. Es evidente que no es lo mismo luchar por un trozo de terreno fronterizo que por una invasión completa de otro ejército.
La guerra no es más que un duelo en una escala más amplia.
Clausewitz simplifica la guerra como un juego entre dos adversarios. Al llamarla "duelo" hace referencia al componente de la "probabilidad o suerte" que tan importante es en el pensamiento de Clausewitz. De hecho, la "suerte" es un elemento fundamental de su famosa trinidad.
Ninguna actividad humana guarda una relación más universal y constante con el azar como la guerra. El azar, juntamente con lo accidental y la buena suerte, desempeña un gran papel en la guerra.
Efectivamente, para Clausewitz en la guerra no se puede determinar nunca quien puede ser el ganador antes de librarse. La historia da la razón a Clausewitz en este sentido, pues son inumerables los casos en los que el más débil ha vencido al más fuerte. Así como lo hiciera David contra Goliat con una simple honda, pese a la ventaja física de este último. El azar es un elemento clave en el desarrollo de la guerra y que está muy relacionado con el elemento militar de la Trinidad de Clausewitz.
Un mismo objetivo político puede originar reacciones diferentes, en diferentes naciones e incluso en una misma nación, en diferentes épocas.
Así es. Los objetivos de Alemania es las guerras Franco-Prusianas no eran los mismo que la Alemania nazi de la Segunda Guerra Mundial. Más actualmente, con el desarrollo de los acontecimientos de la guerra de Ucrania, los objetivos del Kremlin también fueron cambiando.
La guerra es un acto de violencia que intenta obligar al enemigo a someterse a nuestra voluntad.
La guerra, entendida por Clausewitz, siempre está sometida a un objetivo político, una "raison d`etre". Al alcanzar ese objetivo político se fuerza a otro a aceptar las condiciones que constituyen ese objetivo político. Es evidente que para conseguir que el enemigo acepte esas nuevas condiciones es necesario el empleo de la fuerza o de la amenaza de emplearla; es decir, del uso de la violencia.
Pero la guerra no constituye un pasatiempo, ni una simple pasión por la osadía y el triunfo, ni el fruto de un entusiasmo sin límites; es un medio serio para alcanzar un fin serio. Todo el encanto del azar que exhibe, todos los estremecimientos de pasión, valor, imaginación y entusiasmo que acumula, son tan sólo propiedades particulares de ese medio.“
Cuanto más intensos y poderosos sean los motivos y las tensiones que justifiquen la guerra, más estrecha relación guardará ésta con su concepción abstracta.“
Un rápido y vigoroso cambio hacia la ofensiva – el relámpago de la espada vengadora – es lo que constituye los más brillantes episodios de la defensa.
Sólo los principios generales y modos de ver las cosas que gobiernan la actividad desde el punto de vista más elevado pueden ser el fruto de un claro y profundo juicio, y en ellos descansa, a manera de pivote, la opinión que se forme respecto de un caso particular considerado de manera inmediata.
Guerra, en su significado real, es sinónimo de combate, porque únicamente el combate es el principio válido en la actividad múltiple que llamamos en un sentido amplio guerra.
Cuanto más intensos y poderosos sean los motivos y las tensiones que justifiquen la guerra, más estrecha relación guardará ésta con su concepción abstracta.
La estrategia es el uso del encuentro para alcanzar el objetivo de la guerra. Por lo tanto, debe imprimir un propósito a toda la acción militar, propósito que debe concordar con el objetivo de la guerra. En otras palabras, la estrategia traza el plan de la guerra y, para el propósito aludido, añade la serie de actos que conducirán a ese propósito.“
Un salto corto es sin duda más sencillo que uno largo, pero nadie que quisiera cruzar un foso ancho empezaría por saltar hasta su centro.
En la guerra todo es muy simple, pero eso no significa que sea fácil
La máquina militar, el ejército y cuanto a él pertenezcan es en el fondo bien sencillo, y parece, por lo tanto, fácil de manejar. Mas reflexionando se ve que ninguna de sus partes está compuesta de una sola pieza; que todas están compuestas de individuos.
Para lograr la victoria debemos concentrar nuestras fuerzas en el centro de todo poder y movimiento. El "centro de gravedad" del enemigo.“
En la estrategia todo resulta muy simple, pero no por ello muy fácil. Una vez que, por las relaciones de Estado, se determina lo que la guerra podrá y tendrá que ser, entonces el camino para alcanzar esto será fácilmente encontrado; pero seguirlo en línea recta, llevar a cabo el plan sin verse obligado a desviarse mil veces por mil influencias variables, requiere, además de fuerza de carácter, una gran claridad y firmeza mental.“
En la táctica, todo encuentro, grande o pequeño, resulta un encuentro defensivo si dejamos la iniciativa al enemigo y esperamos que se adentre en nuestro frente
La guerra en relación a sus tendencias dominantes constituye una maravillosa trinidad, compuesta del poder primordial de sus elementos, del odio y la enemistad que pueden mirarse como un ciego impulso de la naturaleza; de la caprichosa influencia de la probabilidad y del azar, que la convierten en una libre actividad del alma; y de la subordinada naturaleza de un instrumento político, por la que recae puramente en el campo del raciocinio.“